Después de una noche reparadora en una autentica Heima nos hemos levantado a las 7’00 y tras asearnos y hacer algunas fotos del entorno hemos desayunado. Adrián se estaba quejando de su incomoda posición sobre la moto y hemos modificado el ángulo de su manillar.
Dejamos el campamento a las 9 h. un poco preocupados por las dunas que nos rodean y emprendemos el camino que nos llevara por la tarde a Foum-Zguit. Los primeros kms. ya sin el coche de asistencia transcurren por terreno pedregoso pero rápido.
Sin darnos casi cuenta aterrizamos en el lago Iriki, realmente impresionante por su inmensidad, un mar de tierra completamente lisa en el que puedes ir subiendo de marchas hasta la sexta y solo el sentido de la prudencia te hace cortar gas. Nos cruzamos con un grupo de Quats y otro de KTM y al poco rato, en medio del lago va surgiendo la silueta de algo que al acercarnos descubrimos que se trata de un bar y en el se han refugiado los 2 grupos.
Tras el Te de rigor y ver la exhibición de los portugueses recorremos otros 15 kms por el lago antes de abandonarlo. Tras un par de horas por una pista de tierra muy divertida entre parajes desolados paramos a la sombra de un árbol a la espera del coche de apoyo, este tarda más de lo esperado en llegar pero a los 30 minutos los vemos acercarse y se detienen poco antes de llegar a nosotros. El lugar donde nuestro guía a parado el coche resulta ser un importante yacimiento de pinturas rupestre (Tantana) que más que pintadas han sido grabadas. Nos encontramos rodeados de grandes rocas negras y redondas con grabaciones de rinocerontes, antílopes, cabras etc.
La pista por la que circulamos resulta ser una pista utilizada en el Paris-Dakar, muy divertida, plagada de desniveles pero bastante amplia y rápida, disfrutamos tanto que nos pasamos de largo varios kms y tenemos que volver atrás.
El lugar elegido por Sahl para comer el Pik-nik es un autentico oasis, el oasis de Mesilik, con su lago, sus ranas, sus palmeras y sus …..moscas.
Estamos a solo 30 kms de Foum-Zguit, los últimos kms de pistas que nos quedan y que los tres celebramos al tocar el asfalto por no haber sufrido ningún percance importante, yo sigo virgen de tocar el suelo.
Esperamos el coche en la Plaza de Foum-Zguit y me viene a la memoria la tarde que pase hace años en esta plaza esperando a mis amigos que volvieran de su etapa por el Lago Iriki y que yo no pude hacer por culpa de una avería.
Nos alojamos en las afueras del pueblo en el hotel propiedad de nuestros guias Sahl y Mohamet
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